Cómo dejar ir a alguien con quien no puedes estar
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Este artículo analiza cómo se puede experimentar y describir el dolor al final de la vida. También presenta algunas opciones utilizadas para tratar el dolor, y lo que los cuidados paliativos y el hospicio pueden ofrecer para usted y su ser querido.
Hasta la mitad de las personas con cáncer experimentan dolor. Esa cifra se eleva a cerca del 80% en las fases avanzadas del cáncer. En un estudio, más del 25% de las personas dijeron que su dolor y sufrimiento eran “intolerables”. Sin embargo, sólo la mitad de estas personas recibían un control fiable del dolor.
Desde el punto de vista emocional, el dolor puede hacer que usted o su ser querido estén irritables. Puede que le resulte difícil concentrarse, o que el dolor sea un obstáculo cuando quiera mantener conversaciones significativas con sus seres queridos. También puede provocar sentimientos de soledad y vacío.
Cómo vivir con dolor crónico
Los fármacos son muy buenos para eliminar el dolor, pero a menudo tienen efectos secundarios desagradables, e incluso graves, cuando se utilizan durante mucho tiempo. Si tienes dolor de espalda, fibromialgia, artritis u otro dolor crónico que interfiere en tu vida diaria, puede que estés buscando una forma de aliviar las molestias que no implique medicamentos. Algunas técnicas ancestrales -como la meditación y el yoga-, así como las variaciones más recientes, pueden ayudar a reducir la necesidad de medicación para el dolor.
Las investigaciones sugieren que, dado que el dolor implica tanto a la mente como al cuerpo, las terapias mente-cuerpo pueden tener la capacidad de aliviar el dolor al cambiar la forma en que lo percibes. La forma de sentir el dolor está influida por la composición genética, las emociones, la personalidad y el estilo de vida. También influye la experiencia pasada. Si has sufrido dolor durante un tiempo, es posible que tu cerebro se haya reconfigurado para percibir las señales de dolor incluso cuando éstas ya no se envían.
1. La respiración profunda. Es la base de todas las técnicas, así que la respiración profunda es la primera que debes aprender. Inhala profundamente, aguanta unos segundos y exhala. Para ayudarte a concentrarte, puedes utilizar una palabra o frase que te guíe. Por ejemplo, puedes inspirar “paz” y espirar “tensión”. También hay varias aplicaciones para smartphones y tabletas que utilizan sonidos e imágenes para ayudarte a mantener el ritmo de la respiración.
Prueba de tolerancia al dolor
El herpes zóster, también llamado herpes zóster, es una enfermedad que provoca una dolorosa erupción cutánea. Está causada por el mismo virus que la varicela, el virus varicela-zóster. Después de recuperarse de la varicela (normalmente en la infancia), el virus sigue viviendo en algunas de las células nerviosas.
Para algunas personas, los síntomas del herpes zóster son leves. Puede que sólo tengan algo de picor. Para otras, el herpes zóster puede causar un dolor intenso que se puede sentir con el más leve toque o brisa. Es importante que hables con tu médico si notas algún síntoma de herpes zóster.
Si notas ampollas en la cara, acude al médico de inmediato porque se trata de un problema urgente. Las ampollas cerca o dentro del ojo pueden causar daños oculares duraderos y ceguera. También puede producirse una pérdida de audición, una breve parálisis de la cara o, muy raramente, una inflamación del cerebro (encefalitis).
Si cree que puede tener herpes zóster, hable con su médico lo antes posible. Es importante que acuda a su médico a más tardar tres días después de la aparición de la erupción. El médico confirmará si tiene herpes zóster y podrá elaborar un plan de tratamiento. La mayoría de los casos pueden diagnosticarse mediante un examen visual. Si padece una enfermedad que debilita el sistema inmunitario, su médico puede solicitar una prueba de herpes zóster. Aunque no hay cura para el herpes zóster, el tratamiento temprano con medicamentos antivirales puede ayudar a que las ampollas desaparezcan más rápidamente y limitar el dolor intenso. El herpes zóster puede tratarse a menudo en casa.
Cómo dejar de lado un enamoramiento
Si opta por la epidural, un médico anestesista le introducirá una aguja y un pequeño tubo, llamado catéter, en la parte baja de la espalda. La aguja se retira y el catéter se deja en su lugar para administrar la medicación a través del tubo según sea necesario. Puede empezar a aplicarse la epidural en cualquier momento del parto -al principio, a la mitad o incluso hacia el final-, previa consulta con su médico.
El médico anestesista adormecerá la zona en la que se administra la epidural, lo que puede provocar una sensación momentánea de escozor o ardor. Pero debido a este adormecimiento, hay muy poco dolor asociado a una inyección epidural. En cambio, la mayoría de los pacientes sentirán algo de presión cuando se inserta la aguja.
La epidural proporciona una anestesia que crea una banda de adormecimiento desde el ombligo hasta la parte superior de las piernas. Le permite estar despierta y alerta durante el parto, así como sentir la presión. La capacidad de sentir la presión de la segunda fase del parto le permite empujar cuando llega el momento de dar a luz a su bebé. Los analgésicos pueden tardar unos 15 minutos en hacer efecto.